Convergencia del coche: lo que debes saber
Necesaria para igualar el desgaste de los neumáticos traseros y delanteros y para garantizar un agarre óptimo a la carretera, la convergencia del coche hace que la conducción sea más estable y cómoda.
Sin unos ángulos de rueda correctos, existe el riesgo de un desgaste desigual de los neumáticos en detrimento de la seguridad.
La convergencia del coche: qué es y por qué es importante
Cuando se habla de convergencia, se hace referencia al ángulo de cada rueda con el eje longitudinal del vehículo, que debe comprobarse y ajustarse periódicamente para garantizar una buena alineación.
Unos neumáticos y llantas en mal estado pueden comprometer la eficacia y la seguridad: hacer rodar los neumáticos por terrenos irregulares, golpear el bordillo, así como las tensiones habituales a las que se somete el coche, pueden alterar la convergencia.
Cuándo adaptar la convergencia del coche
Algunas de las señales que suponen una llamada de atención y nos indican que debemos adaptar la convergencia del coche son:
- desgaste irregular de la banda de rodadura: el desgaste irregular de la rueda es un síntoma claro de la necesidad de intervenir para que converja o diverja hacia el eje central del coche
- vibraciones continuas del volante. Aunque pueden ser signos reveladores de otros elementos del coche que hay que revisar a menudo, las vibraciones anormales, que se notan en el volante, son una señal evidente de que hace falta adaptar la convergencia del vehículo
- tendencia al desplazamiento del vehículo: otro elemento que hay que tener en cuenta para decidir si es necesario intervenir es cuando el vehículo sigue desplazándose lateralmente respecto al sentido de la marcha
- llantas ovaladas o dañadas: la presencia de abolladuras evidentes o rotaciones anormales debido a la presencia de pliegues también hace necesario un control de la convergencia
También existe la posibilidad de que los problemas enumerados anteriormente estén causados por que los tornillos de rueda estén mal apretados. Si notas vibraciones al conducir, comprueba también el estado de los tornillos, sobre todo después de cambiar los neumáticos.
Las llantas de aleación, por ejemplo, las venden los fabricantes con parámetros de par recomendados, un valor que indica cuánta fuerza debe aplicarse al colocar los tornillos y así evitar dejarlos demasiado flojos o demasiado apretados.
El uso de una llave dinamométrica será útil para determinar si la causa del problema que experimentas durante la conducción es un apriete incorrecto: en este caso, será fácil arreglarlo aplicando los parámetros adecuados al conjunto de tornillos de la rueda.
Cómo adaptar la convergencia del coche
Esta operación la realiza el especialista en neumáticos, a un coste absolutamente asequible, que coloca el coche en el banco de pruebas y, con instrumentos profesionales, procede a medir el diámetro horizontal de la llanta, para detectar la desviación entre las distancias de las ruedas delantera y trasera respecto a sus ejes. Los detectores electrónicos se fijan directamente a las llantas mediante abrazaderas, soportes de anclaje que también permiten comprobar el posible estado de deterioro.
Convergencia y llantas de aleación
Es posible reducir las abolladuras y los dobleces eligiendo modelos de llantas de aleación que, en comparación con las de acero, proporcionan un mejor agarre y una mejor relación entre peso y resistencia, al tiempo que mejoran las prestaciones y la estética del vehículo.
Frente a los modelos de hierro, la elección de llantas de aleación ofrece varias ventajas: le aportan a la rueda una estructura más sólida y soportan mejor las tensiones y fluctuaciones mecánicas, reduciendo la probabilidad de que la rueda se achate y la necesidad de visitar el taller. Esto se consigue mediante la elección de la ductilidad y resistencia de las aleaciones y el correcto equilibrio de aluminio y níquel, que garantiza un mejor rendimiento.